martes, 14 de abril de 2020

MIERCOLES 15 ABRIL PLAN LECTOR

PLAN LECTOR:

UN REMEDIO PARA LA CODICIA

En el ser humano a veces se despierta un apetito desordenado de riquezas; se desea lo material con unas ansias que lleva a la enfermedad del alma. Ésta se llama codicia.
Si este afán desordenado de poseer y adquirir riquezas es para atesorarlas, ya se convierte en avaricia.
Que se debe luchar, por mejorar las condiciones de vida, es importante en una persona. Pero cuando ello sobrepasa lo normal y ya no se respeta los derechos de los demás, entonces se convierte en un mal y esa persona ya no puede vivir en paz.
Un cristiano mezquino escuchaba un sermón sobre el tema de la libertad. Estaba casi sordo y acostumbraba sentarse en el primer asiento, justamente frente al púlpito.
El sermón lo conmovió bastante. En un momento se dijo:
- Voy a dar diez nuevos soles.
Y después dijo:
- Voy a dar quince nuevos soles.
Al final de la disertación, se sintió muy conmovido y pensó que daría:
- Cincuenta nuevos soles.
Entonces comenzaron a pasar las bolsas para recoger las ofrendas. A medida de que se acercaban a su asiento, la generosidad se iba disipando. De cincuenta bajó a veinte; de veinte a diez; de diez a cinco; de cinco a cero.
Terminó por resolver que no daría nada.
- No obstante - se decía - ésto no sirve, me estoy portando mal. Esta avaricia me va arruinar para la eternidad.
Las personas encargadas de las ofrendas se acercaban cada vez más. ¡Se encontraba frente a una decisión que no podía eludir!
- ¿Qué hago? - La bolsa estaba casi debajo de su misma barba y toda la congregación lo estaba mirando. Él había quedado con la billetera en la mano durante todo este soliloquio en voz baja, que fue en parte audible, aunque por su sordera, él no se daba cuenta de que le oían.
En la angustia del último momento, tomó su billetera y la depositó entera dentro de la bolsa, diciendo mientras lo hacía:
- ¡Ahora retuércete con dolor, naturaleza vieja!
Ésta fue una victoria superior a todas cuantas ganó Alejandro, El Grande, una victoria sobre sí mismo. Aquí está la llave al problema de la codicia: La naturaleza vieja tiene que sucumbir.









Enriquece tu vocabulario.
I.     Marca con un aspa "X" la alternativa que completa el sentido de la expresión.
        - La codicia es...
        1. ... coleccionar cualquier cosa.                2. ... afán de figurar siempre           
        3. ... apetito grande de riqueza.                4. ... deseo de comunicación.          
        - La avaricia es...
        1. ... no ambicionar riquezas.                    2. ... atesorar demasiada riqueza.    
        3. ... codiciar los bienes ajenos.                4. ... despreciar las cosas materiales.
II.   Lee y escribe en el recuadro: (V) si la afirmación es verdadera y (F) si es falsa.
      a)   La codicia y la avaricia son malas consejeras.                                              
      b)   Muy conmovido, al final se dijo que daría diez nuevos soles.                
      c)   Se daba cuenta que, con la avaricia, no tendría salvación.          
      d)   Por su sordera no se daba cuenta que le oían.                                   
III. ¿Quién es el personaje principal de la lectura?
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IV.   ¿Por qué crees que es el personaje principal?
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Da tu opiniÓn o emite un juicio...
V.   ¿Cuál debe ser la actitud de un cristiano en el momento de la ofrenda durante la misa?
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VI.  ¿Crees que las ofrendas ayudan en el mantenimiento de la iglesia? ¿Por qué?
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Desarrolla tu creatividad...
VII. ¿Qué harías para derrotar a la codicia o la avaricia en las personas?
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