PLAN LECTOR:
UN REMEDIO PARA LA CODICIA
En el ser humano a veces se despierta un apetito desordenado de riquezas; se
desea lo material con unas ansias que lleva a la enfermedad del alma. Ésta se
llama codicia.
Si este afán desordenado de poseer y adquirir riquezas
es para atesorarlas, ya se convierte en avaricia.
Que se debe luchar, por mejorar las condiciones de
vida, es importante en una persona. Pero cuando ello sobrepasa lo normal y ya
no se respeta los derechos de los demás, entonces se convierte en un mal y esa
persona ya no puede vivir en paz.
Un cristiano mezquino escuchaba un sermón sobre el
tema de la libertad. Estaba casi sordo y acostumbraba sentarse en el primer
asiento, justamente frente al púlpito.
El sermón lo conmovió bastante. En un momento se dijo:
- Voy a dar diez nuevos soles.
Y después dijo:
- Voy a dar quince nuevos soles.
Al final de la disertación, se sintió muy conmovido y
pensó que daría:
- Cincuenta nuevos soles.
Entonces
comenzaron a pasar las bolsas para recoger las ofrendas. A medida de que se
acercaban a su asiento, la generosidad se iba disipando. De cincuenta bajó a
veinte; de veinte a diez; de diez a cinco; de cinco a cero.
Terminó por resolver que no daría nada.
- No obstante - se decía - ésto no sirve, me estoy
portando mal. Esta avaricia me va arruinar para la eternidad.
Las personas encargadas de las ofrendas se acercaban
cada vez más. ¡Se encontraba frente a una decisión que no podía eludir!
- ¿Qué hago? - La bolsa estaba casi debajo de su misma
barba y toda la congregación lo estaba mirando. Él había quedado con la
billetera en la mano durante todo este soliloquio en voz baja, que fue en parte
audible, aunque por su sordera, él no se daba cuenta de que le oían.
En la angustia del último momento, tomó su billetera y
la depositó entera dentro de la bolsa, diciendo mientras lo hacía:
- ¡Ahora retuércete con dolor, naturaleza vieja!
Ésta fue una
victoria superior a todas cuantas ganó Alejandro, El Grande, una victoria sobre
sí mismo. Aquí está la llave al problema de la codicia: La naturaleza vieja
tiene que sucumbir.
Enriquece tu vocabulario.
I. Marca con un aspa "X" la
alternativa que completa el sentido de la expresión.
- La codicia es...
1. ... coleccionar cualquier cosa. 2. ... afán de figurar siempre
3. ... apetito grande de riqueza. 4. ... deseo de comunicación.
- La avaricia es...
1. ... no ambicionar riquezas. 2. ... atesorar demasiada
riqueza.
3. ... codiciar los bienes ajenos. 4. ... despreciar las cosas
materiales.
II. Lee y
escribe en el recuadro: (V) si la afirmación es verdadera y (F) si es falsa.
a) La
codicia y la avaricia son malas consejeras.
b) Muy conmovido, al final se dijo que daría
diez nuevos soles.
c) Se
daba cuenta que, con la avaricia, no tendría salvación.
d) Por su sordera no se daba cuenta que le oían.
III. ¿Quién es el
personaje principal de la lectura?
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IV. ¿Por qué crees que es el personaje principal?
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Da tu opiniÓn o emite un juicio...
V. ¿Cuál debe
ser la actitud de un cristiano en el momento de la ofrenda durante la misa?
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VI. ¿Crees que
las ofrendas ayudan en el mantenimiento de la iglesia? ¿Por qué?
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Desarrolla tu creatividad...
VII. ¿Qué harías
para derrotar a la codicia o la avaricia en las personas?
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